Escuela Maternal Francesa


LA ESCUELA MATERNAL FRANCESA. Imagen relacionada

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El antecedente histórico de la escuela maternal francesa lo encontramos en las denominadas “escuelas de calceta”, y posteriormente en “las aulas de asilo”; las primeras se fundaron en 1870, y las segundas, en 1826.

Estas escuelas, de origen eclesiástico, se crearon con un objetivo asistencial (guardia y custodia de los niños, quienes eran hijos de los trabajadores y de personas sin recursos), siendo esta institución de carácter privado, ya que pertenecían a la Iglesia. Llevaban a cabo una educación basada en la disciplina más rigurosa y tradicionalista.

Una figura de referencia en los orígenes de la educación francesa fue la de Oberlin (1740-1726), que fundó las denominadas escuelas de calceta. Enseñaba religión y trabajo textil enfocado a la vida laboral de la época.

Otro personaje clave en la historia de la educación francesa es Marie Pape-Carpentier (1834-1878), quien realizó cambios por medio de ideas innovadoras, como resultado de la influencia de las corrientes pedagógicas de Fröebel y Pestalozzi.

Se trata de una de las figuras femeninas más importantes de la educación pública francesa. Fue autora de más de 40 libros, habiendo entre ellos manuales, artículos, cuentos pedagógicos, etc.
Algunas de las innovaciones que propuso Marie Pape-Carpentier fueron la creación de secciones organizadas en pequeños grupos atendiendo a la edad, el aprendizaje en contacto con el medio y con el docente, etc.

Es esta autora, junto con Pauline Kergomard (a la cual estudiaremos a continuación) quienes dejan atrás el concepto de aula de asilo (centrado en su carácter asistencial), para dar paso a un modelo educativo más cercano, que se conocería más adelante como “escuela maternal”. Las escuelas maternales tenían carácter público, gratuito, mixto y laico, siendo de asistencia libre. Sin embargo, no ocurrirá hasta el año 1881 tras una serie de reformas democráticas.

Así mismo, Pape-Carpentier centró su interés por la formación de docentes, “las lecciones de cosas”, y la defensa de la escuela como algo más que una guardería.
Por último abordaremos la figura de Pauline Kergomard (Burdeos, 1838- 1925) quien era una pedagoga francesa, maestra laica y republicana que tuvo gran importancia en la transformación de los asilos en escuelas maternales. Viviendo parte de su juventud en casa de sus tíos contempló el funcionamiento de la escuela de su tía aprendiendo como llevar a cabo la pedagogía, algo que llevaría a cabo durante toda su vida.

Dedicó gran parte de su vida a la educación maternal y tuvo un papel fundamental en la creación del sistema educativo francés, defendía los principios sociales que Marie Pape- Carpentier. Llegó a ser, en el año 1881 Inspectora general de la escuela maternal. Creó junto con Binet “La Sociedad libre para el estudio de la psicología del niño”, “El salvamento de la infancia” y participó en el movimiento feminista de su época.

Tras realizar visitas a muchas escuelas, publicó su obra “L´education maternelle dans l´ecole” (La educación maternal en la escuela), muchas de sus ideas recogidas en ese libro siguen vigentes a día de hoy.

Algunas de las ideas fundamentales de Kergomard es defender que los niños debían tener libertad para elegir objetos y obtener información de ellos por la curiosidad de aprender, ayudados por sus cinco sentidos, ya que esto favorece el descubrimiento y ellos realizarán preguntas a cerca de ello.

Es partidaria de que en la escuela se impartiesen lecciones basándose en el aprendizaje que tienen los niños a través de su vivencias personales en casa, obtenidas mediante la observación, manipulación de objetos y el papel de guía que adquieren las madres en el aprendizaje en su hogar.

Basó su planteamiento en cuatro puntos principales:
- Que las clases fuesen preparadas con anterioridad, no improvisadas.
- Que se pudiera obtener una experiencia vivencial.
- Llevar a cabo las clases con un lenguaje adecuado a la edad de los alumnos.
- La práctica docente se debe realizar por vocación desinteresada y no persiguiendo una retribución económica.

Respecto al número de alumnos en las aulas se limitó a 50 por sección siendo una de niños de 5 a 7 años y otra de 2 a 5 años.
Así mismo se preocupó por adaptar el mobiliario, mejorar las condiciones higiénicas de los niños, su salud e insistió en la educación de las maestras con una formación específica aplicada a los niños.
En cuanto a las críticas que realizó encontramos lo que llamó la “educación homicida”, ya que consideraba que “mataba” el espíritu de los niños. Decía que en las escuelas se fatigaba a los alumnos, haciéndoles partícipes de unas enseñanzas para las cuales no estaban preparados, y cómo los profesores ejercían un papel más cerca de guardias que de docentes. 

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