Aportes de las Escuelas Maternales

ESCUELAS MATERNALES
Los asilos fueron sometidos a severas críticas, tanto por su nombre como por el rigor con que impartían la enseñanza, lo cual llevó a que su nombre fuera modificado por el de escuela maternal. Estas escuelas fueron el resultado de un lento proceso madurativo, en el que el sector oficial tuvo gran significación. Pero fue en Francia donde Marie Pape Carpentier (1815-1878), que dirigía varias salas de asilo, comienza a efectuar el cambio, introduciendo ideas innovadoras; usando un nuevo método, expuso la necesidad de que el maestro conociera a los niños con los cuales iba a trabajar, a la vez que señalaba que se les debía permitir aprender por experiencias directas y juegos que les interesasen. Para facilitar a los maestros la educación de la infancia pública, en 1845, su primer libro: Consejos sobre la dirección de las Salas de Asilos.
Marie Pape Carpentier, a través de sus escritos y de la formación de personal, democratizó la enseñanza y trazó el camino de la escuela maternal popular.
Con las nuevas ideas introducidas, se producen cambios favorables en el local y en el mobiliario: se organizan mesas para distribuir a los niños en varias secciones, en grupos pequeños y por edades. La matrícula es controlada, siendo el máximo de 150 niños. Los grupos reducidos trajeron como consecuencia una disciplina lograda a través de la actividad dirigida; por otro lado, los maestros podían conocer fácilmente a cada uno de los niños e influir sobre ellos de manera mas efectiva. Para enseñar, la maestra se valía de elementos vivos y objetos que hacían el trabajo mas agradable.
Las escuelas maternales entonces se expanden vertiginosamente en Europa. Son sostenidos por personas caritativas y con la ayuda de algunas empresas e industrias, a objeto de que atiendan los hijos de sus trabajadores. Dada la importancia social que tienen estas instituciones, el Estado interviene, propiciándose así la incorporación de estas instituciones como establecimientos de primera enseñanza para varones y niñas de 2 a 6 años.
A pesar de las nuevas ideas que se implantan en las escuelas maternales, desde el punto de vista técnico son criticables, pues su enseñanza se mantiene aún dentro de un marco de memorismo y verbalismo, con algunas variaciones. Sin embargo, no pueden pasarse por alto los propósitos que llevaron a su creación, que son de un valor incalculable: atender a los niños que se encontraban expuestos a innumerables peligros por no estar bajo los cuidados familiares.
Es importante destacar que las escuelas maternales pueden ser consideradas como un período de transición entre las Instituciones Educativas-Asistenciales y Asistenciales-Pedagógicas, ya que con ellas se comienza a dar importancia al niño y a sus necesidades de jugar, de tener libertad y de ser educado sensorialmente; éstos son nuevos elementos pedagógicos que se inician en la escuela maternal francesa.

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